Me puse de copa mi sombrero y decidí migrar del valle de mis ancestros buscar tierras mejores, más acogedoras.
Expresarse así es típico de humanos. Humanizamos la Naturaleza. Necios somos, la Naturaleza nos hizo humanos.
Cuento así esta historia para que lo entienda nuestra humana-mente.
Durante milenios retamas, algarrobos, chañares, breas, arillos y muchos hermanos más hemos convivido con los humanos en este valle del río que llaman Abaucán. Hemos soportado temblores de la Madre Tierra, la violencia de las erupciones volcánicas, épocas de escasez de agua y su exceso en enorme crecidas. Durante todo el tiempo hemos sido generosos en frutos para fauna y humanos. Ofrecemos leña para calentar y madera para construir.
Hubo un tiempo, no hace mucho, cuando los humanos y nosotros vivíamos en equilibrio y armonía. Ya no. Abuelos, tatarabuelos, que vivieron 1.000 años han sido masacrados por hacha y motosierra. Pocos son quienes vienen a honrarnos. Solo se nos clasifica por rentabilidad.
Por eso me puse mi copa por sombrero y migro a buscar tierras más acogedoras.
El Camino está para construirlo en Etapas, con sus Logros, Parones, Derrumbamientos y ReConstrucciones.
En Nuestro Andar de muchos Encuentros y Desencuentros, intentando un Nuevo Lenguaje Visual, lo que más nos impactó y Transformó, fue nuestro encuentro con la comunidad mbyá-guaraní de Tekoa Tamanduá en Misiones.
De esa Mágica Experiencia entendimos, profundizamos más y empezamos a Buscar más. Nuestro entender anterior se había hecho Superficial. La ciencia, la investigación, dar nombres en latín, clasificar, archivar, catalogar, representar.
Brotaron nuestras Intenciones en entender a través de nuestro arte, la Humanidad en Conexión con la Naturaleza.
Aumentó nuestro Interés en Captar y Transmitir lo que Nos rodea y Representarlo en Arte.
G&F se fortaleció en Su Proyecto, en la búsqueda de un Entendimiento de la Vida y de nuestras profundas Comunicaciones con ella.
Nos convertimos en Jachy Tata Javya, Estrella Errante en Guaraní, una estrella con Rumbo claro.
Orbitamos alrededor de Nuestra Propia Búsqueda, Naturaleza Arte Humanidad.
Como Planeta Vivo y en Ebullición, emprendimos una Ruta, La ruta.
Volvimos a dirigirnos al Encuentro con las Comunidades, la Gente en Comunión con la Vida.
Errando como estrellas llegamos a un Terreno Muy Fértil para nuestra Búsqueda.
En Catamarca, como hace unos años en Misiones, empezamos a encontrarnos con una Enorme Riqueza, Conocimiento Ancestral, Entendimiento de la Vida.
Así Jachy Tata Javya se paró en su órbita y aterrizó como Meteorito. Se sumergió en esta Tierra Tan Poderosa que aún enseña la Generosidad del Corazón.
La Estrella Errante que somos, echó Raíces.
Empezó a Brotar por rutas, Caminos, Senderos, por Valles, Cerros de la Herradura del Abaucán, en Fiambalá, pueblo del viento.
La Estrella Brotó!
RENACIMOS como Brotes del Abaucán.
G&F Brotando dentro de su misma Órbita Jachy Tata Javya
De los últimos trabajos realizados hasta ahora, la Luz del Sol y las Fases de la Luna pudieron ver uno de los resultados, la apertura de un centro de Encuentros, Reuniones, Cuentos, Anécdotas, en el sitio que llamamos “Brotes del Abarcan cafetería arte naturaleza”. Así rezaba nuestro manifiesto:
En ese lugar en el mundo conseguimos juntar la Gente, sus Culturas. Llegó a ser punto de referencia de sus Trabajos, Productos, Obras, Artesanías, Historias Antiguas y Cotidianas. Cada vez que se acercaban a nuestra cafetería para traernos sus Riquezas, nos Brindaban a todos sus Enormes Conocimientos.
Como G&F, Carla y Julio, subidos a Jachy Tata Javya llegamos a escribir el siguiente Manifiesto para Brotes del Abarcan.
Brotes del Abaucán son brotes de vida, de energía, de trabajo
exquisitamente Artesanal, Arte en el puro sentido.
Llevándote cualquier alimento o producto de esta tiendaestarás sosteniendo la labor de Investigación, la Historia, la Memoria, los puros brotes de una Cultura, la del valle del Abaucán, que resiliente habita estos cerros, valles y montañas.
Gracias por colaborar con la Naturaleza, su Gente y su Arte
Todo este Trabajo sigue afincándonos aún más en esta parte de la Madre Tierra donde, ya sin nuestra cafetería, nos movemos subidos a la Energía de nuestra Estrella Errante, que sigue guiándonos por estas Montañas, por estos Volcanes Dormidos, aquí arriba entre las Estrellas, vamos al encuentro con la Gente que Brota Sabiduría y Comunión con la Naturaleza.
Los Nieto, de Palo Blanco, pastorean su ganado de vacas, cabras y llamas en los cerros de Narváez, a unos 3.500 msnm. Suben a su puesto a menudo para juntar el ganado, marcar, controlar y vigilarlo de pumas y cuatreros. También a buscar yuyos y pasar noches de fogón contando historias. Ahí en el puesto no hay televisión ni cobertura telefónica. La luz la ofrece una placa solar y las llamas del fuego.
Los “changos” Nieto me invitaron a pasar una semana con ellos cerca de donde los antiguos escribieron sus símbolos en una peña. La Peña Escrita la llaman. El significado de los ideogramas se perdió con el tiempo. Su seducción no.
Subir al cerro de los Nieto ocupa unas seis horas a lomo de mula. Hay que llevar provisiones y abrigo. El agua surge de un manantial cercano que compartimos con el ganado.
Caminando como lo hicimos con El Nene cuesta ocho horas, 1500 metros de desnivel, vadeamos ríos, trepar rocas, y llenar nuestras botas con la arena de las dunas. Arenas volcánicas. Dunas bajo las cuales brota el agua dulce.
En el camino paramos a visitar a Doña Rosa y El Gordo (EPD). Al momento de publicar esta nota el compañero de Rosa se desbarrancó y, aunque pudo llegar hasta el puesto por su pie, no logró esperar que lo rescataran para llevarlo al hospital. Me siento en deuda con él, prometí hacerle llegar las fotos que les hice.
Pasamos cinco días con Aldo el Nene, Felix el Kuky, el Chiqui y Jairo en El Pueblito, así se llama su puesto. No lo busquen en Google. Si quieren ir me avisan. Hablo con los changos y vamos. Nos une haber compartido la experiencia en la Naturaleza de la montaña.