Aprendiendo las técnicas del Telar Criollo
“El lunes a la mañana voy a urdir el telar para tejer un poncho” nos invitó doña Martina
“vengan a ver”.
Y fuimos.
Urdir un telar criollo es tarea fácil si se conoce el saber hacer, esos sutiles detalles que no aparecen en los tutoriales. Hay que estar muy atentos para no cruzar los hilos y mantenerlos en la misma tensión durante algo más de kilómetro y medio que doña Martina caminará, ida y vuelta a lo largo de los cinco metros que mide el telar.
Es como un mantra en el que no se puede perder la concentración, ida y vuelta.
Ida y Vuelta
En los tiempos antiguos tejer tenía una connotación Mágica. Mientras se elaboraba una manta, un Puyo o un poncho se visualizaba la cara del futuro dueño, deseándole buena fortuna.
Ida y vuelta el ovillo se acaba y se ata otro, para este poncho de otro color. Más de mil quinientos metros de hilo de lana de oveja, anteriormente limpiado cardados e hilados a mano durante horas de torsión de fibras.
Siempre con cuidado de no cruzar los hilos.
Pellizcar el ovillo fuerte para que no se escape de las manos, roce de hebra entre los dedos, manteniendo la tensión, sin perder la atención.
Ida y Vuelta
El Sol aprieta, la urdimbre esta lista, es momento del mate.
“Tempranito a la mañana, con el fresco pondré los lisos. Los espero”
Ida y Vuelta.
Ida y Vuelta
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