Entre los seres Humanos y la Naturaleza siempre hubo y hay una unicidad indiscutible, la humanidad es una parte más de Ella.
Naturaleza y nosotros somos UNO.
La habilidad de la Razón que nos caracteriza como genero Humano paulatinamente y con constancia nos ha ido alejando de esa unidad. La Madre Tierra, el Universo entero, nos terminamos creyendo están a nuestra disposición para estudiarlo, analizarlo, entenderlo, explotar sus recursos. Incluso nos hemos apropiado la capacidad de destruir toda señal de vida hasta la de la Humanidad misma.
El planeta Tierra seguirá millones de años viviendo en el Espacio-Tiempo.
Sin nadie que la llame Tierra. Aún sin nuestro aporte de Razón.
Muy lógica la interpretación pero lo cierto es que entre nosotros y la Naturaleza se ha construido un muro de Razón.
Nuestro trabajo Jachy Tata Javya (1) propone estrechar la brecha, acercarnos a la Naturaleza a través del Arte. Este viaje de investigación nos trajo a Carla Giampaolo (bióloga) y quien suscribe hasta Fiambalá, Catamarca, La Herradura del Abaucán donde el Arte de la vida se funde con el Paisaje. Paisaje y paisanaje aún estan unidos por lazos sutiles. Cuál es el secreto de esta Comunión? Qué Vida sugiere? Qué conocimientos profundos podemos rescatar?
Estos interrogantes son los que orientan este ensayo fotográfico, dilucidar a través de la Vida de los habitantes más antiguos, cuyos ancestrales lazos familiares
nos llevan hasta los primeros humanos que pisaron estas tierras,
para transitar un camino de regreso a la Comunión con la Naturaleza.
Expresarlo a través del idioma universal del Arte,
más cercano de lo que los intelectualismos quieren hacernos pensar,
para proponer a la humanidad una perspectiva diferente aún a riesgo de que el mensaje sea ignorado.
La investigación nos lleva más a la profundidad de la montaña. Allá donde mujeres y hombres encallecen por su contacto con la Pachamama.
La Comunión es aún estrecha.
La misión de esta investigación llevaría toda una vida, en siguiendo la línea de trabajo la línea de Eugene Smith,
siempre queda algo por fotografiar,
el trabajo no podría acabar nunca.
Convengamos que es un trabajo en desarrollo y que las conclusiones son un compromiso para generaciones futuras.
Lava, agua, tierra, viento y tiempo crearon al hombre y a la mujer.
Territorio Abaucan.
El Sonda forjó la cultura, sutil como el médano,
rica por su mixtura.
La montaña modeló el carácter, gente que se acomodó al medio.
Entorno que la gente transforma,
apenas dejando huella en la vastedad del silencio.
Ríos que ofrendan vida,
generación tras generación, por los siglos de los siglos a la Madre Tierra,
la Pachamama de estas tierras, Gea en otros lugares y otras eras trazando signos que la corriente del tiempo bosqueja una y otra vez…
y otra…
hasta esculpir en el paisaje una Historia que quién sabrá algún día contar
de cuando mujeres y hombres habitaban una tierra
que quizás ni nombre tendrá.
Solo quedará la luz y el recuerdo de nuestras vidas, oscuridad.
Agradecimientos:
Con inmenso agradecimiento y amor a las gentes del Territorio Abaucán que me permiten entrar en su intimidad y de a poco desgranan para mi su saber. Este proyecto no tendría sentido sin su Sabiduría.
Ellos son:
Don Máximo Chaile, doña Elba, doña Faustina Seares y Julio, doña Coca Marcial, don Cacho Reales, Sonia, Yoli Acosta, Martina Marcial, Hacha Brava, el Topo, doña Elvira, Lucía, doña Evelina Gonzalez, don Telésforo Cardoso, Sabrina y sus hermanos, doña Ana María Ramos, Delia Caro, Melisa Caro, Valeria, Juan de Dios, Lucía, don Kiko Ramos, Freddy Rasgido, Celia Diaz, Mirta Reales, Feliciano Gonzalez, Doña Adela, don Lucio de Sinchez, don Carmelo, doña Nicéfora, don Feliciano Gonzalez y muchos más cuyos nombres se me escapan…