Observar Aves es un ejercicio relajante. Y fascinante. Saber de de pájaros, ornitólogía demanda un poco de estudio. Fotografiarlas exige adiestramiento y práctica.
No soy un experto ornitólogo. Contemplar pájaros es un ejercicio de meditación, terapia anti-estrés. Fotografiarlos una adiestramiento auto-impuesto.
Salir al campo, respirar aire puro, caminar, sentir las sensaciones que brinda la Naturaleza.
Normalmente armo mi equipo con con un viejo objetivo catadióptrico de 500 mm. compacto y ligero. Lo mejor, sin lugar a dudas, es el especial efecto bokeh ese que a los desenfoques los convierte en anillos. Eso si, tiene sus inconvenientes. O serán virtudes también.
Por una parte es poco luminoso. Esto se resuelve porque las cámara que uso me permite disparar con muy poco ruido. Aunque, dicho sea de paso, como fotógrafo de otras modas, la textura que da el ruido, como en su tiempo el grano que ofrecían las películas, a mi me gusta. Disparar a 3200 ISO a pleno día permite tiempos de exposición que congelen el movimiento. Aún a diafragma f 8, que es fijo.
La apertura no da para mucha profundidad de campo, ninguna prácticamente así que el enfoque ha de ser preciso.
Ahí estriba el segundo inconveniente. O es una ventaja? El enfoque es exclusivamente manual así que es preciso calcular, más bien predecir la trayectoria y corregir el enfoque a puro reflejo. Instinto, concentración y entrenamiento.
Pero no quería hablar de fotografía. Mi intención era animar a todos los observadores de aves, birdwatchers, y a quienes aún no lo son a acercarse al Territorio Abaucán donde el aparente desierto ofrece pocos obstáculos para el relajante ejercicio de observar Aves.
Si necesitas relajarte veni a Fiambalá a observar sus pájaros.
Como NO-ornitólogo agradeceré toda aportación para saber los nombres de las Aves fotografiadas en este reportaje. GRACIAS!
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