"Si bien desde los albores de la humanidad las plantas ya constituían la principal fuente de salud para el hombre, fue recién en las últimas décadas cuando este conocimiento empírico comenzó a encontrar un sustento científico a través de algunas disciplinas como la química, la farmacología, la investigación clínica y la toxicología". (*)
Hay que levantarse temprano, partir al alba. Los yuyos están más vivos temprano por la mañana. Algunos se colectan de noche. A veces están a la vuelta de la cuadra, otras a 3000 a 4000 msnm arriba en el cerro. A veces mucho más altos, en la cordillera, al pie de los volcanes. Están al lado de los ríos de aguas minerales, sobre una duna o pegados a la roca. Los yuyos.
Desde tiempos ansestrales las plantas son aliadas en nuestra salud. Incayuyo, cedrón, arca, monte blanco, copa copa, vira, boldo, salvia del monte, cepacaballo, lampayo, tusca, muña muña… Se beben, se comen, se frotan, se fuman. Los lugareños las reconocen al toque en cualquier estación, por el color la forma y el aroma, saben dónde encontrarlas. A veces comparten su saber. A veces te llevan a sus lugares secretos, donde los recolectan. Cada cual tiene los suyos. Los yuyos están ahí, generoso don de la Tierra. Luego se intercambian, se usan, se regalan, o se venden.
Las farmacéuticas saben el poder de estas plantas y las codician.
Luego viene secar las plantas para la provisión del año, sacarle la arena, despalillarlas y guardarlas.
Nosotros aprendimos un poco este año, gracias a doña Evelina. También a Silvio, El Nene, Doña Rosa, Facundo, Freddy y muchos amigos más.
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