El Algarrobo da generoso sus frutos.
Doña Arminda los cosecha, tuesta en horno de barro y muele en mortero.
Se pone una cacerola con agua fría al fuego lento.
Se vierte media cucharada sopera de Torrado de Algarroba por taza a preparar.
Burbujea como lava dentro del vientre de la Pachamama.
Se revuelve la cocción suavemente. Las burbujas se vuelven espuma. El aroma emerge. Promete calentar el cuerpo una tarde fría de invierno, acalorar el espíritu cuando el ánimo mengua.
El Torbellino expresa el Caos en la existencia del Universo.
Cada uno es parte de la confusión, comprenderlo es Integrarse.
Siempre hay una ventana.
Cuando rompe a hervir se apaga el fuego y se deja reposar unos minutos.
La borra se decanta. Si querés podés colarlo. Antes de endulzarlo probarlo, la Algarroba ya es dulce de por si.
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