Fue el martes o el miércoles de la semana pasada. En la despensa de don Ocampo nos dijeron que estaban armando una fiesta para los niños de Palo Blanco. “Sin colores políticos. Cosa de la gente del barrio San Antonio. Hace veinte años que lo organizan”. Dijo Ocampo.
Nos propusimos como voluntarios para dar una mano.
“Buenísimo” dijo Celi, una de las organizadoras. “Una a profe de pintura y un fotógrafo. Bienvenidos!”
Así que el domingo nos presentamos con nuestras herramientas. La gente del barrio hacía días que venían preparando el evento. Aún faltaban los últimos detalles.
La fiesta fue increíble. Chocolatina, empanadas, juegos, concursos, inchables, regalos, música, más juegos, tortas… todo con una organización impecable, un orden sinfónico.
Un esfuerzo de mucha gente. Kito, Celi, Nelly, Riky, Jari, Alejandra, Marta, Lidio, Carmen, Guido, Kela, Domingo, Chicha, Aparicio, Anabelia, Rosario, Dorita, Julio, Catalina, Fatima, Analía, Chuba, Korina, Paola, Clarita, y si nos olvidamos algún nombre perdónennos, conocimos a tantos amigos que no los podemos recordar.
Doscientos niños felices. Y algunos más porque sobraron tortas, gaseosa y tortuguitas que llevamos al vecino pueblo de Antinarco el lunes. De eso aún no tenemos las fotos editadas.
Disfruten de la fiesta!!!
Nosotros nos vamos a la escuela, donde nos espera la directora.
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